Los moldes para repostería: silicona, esa gran aliada.
¡Qué tragedia cuando se nos pega el bizcocho al molde y no hay manera de sacarlo! A todos nos ha pasado —si a ti no, dime cómo lo haces—. Elegir el molde se ha convertido, para mí, en una de las primeras cosas a la hora de ponerme a hacer un bizcocho. Una de las grandes preguntas a la hora de preparar un postre es: ¿tengo todo lo necesario? Porque no sólo son los ingredientes, en el caso de la repostería parece que necesitamos más complementos que la mansion de la Barbie. Una de las cosas más a mano son los moldes para repostería, los hay de todo tipo: con formas, redondos, de figuras 3D, pequeños, grandes, metálicos, de silicona…
Vamos a hacer un recorrido por algunos de ellos que he encontrado útiles a la hora de hacer mis postres, sin ser yo una Eva Arguiñano, por lo que me tiré por lo esencial y básico para ir probando.
Moldes de aluminio antiadherente
Si bien antes me ponía a hacer un postre y cualquier cosa me servía, con el tiempo he ido aprendiendo de mis errores y me he dado cuenta de que cada cosa tiene su función en la cocina. Elegir molde empieza a ser una tarea obligatoria. Una de las cosas que más rabia me han dado siempre es que la masa, al cocinarse en el horno, se quede pegada a los bordes del bizcocho de tal manera que, al desmontarlo, la mitad se me quede en la reilla y la otra mitad en el molde. ¡OH, NO! Por eso soy más que fan de los moldes antiadherentes. El aluminio es un material ligero, pero sin cuidados específicos puede resultar un «todo mal». Y con cuidados específicos me refiero a algo tan básico como mantenerlo engrasado, como sucede con las sartenes. Y no limpiarlos con abrasivos o estropajos que quiten el material protector.
Para hacer uno de mis bizcochos favoritos, que es el sencillo bizcocho de limón como éste, me gustan los moldes clásicos redondos con agujero en medio. En particular los que no me lo ponen difícil a la hora de limpiar, por eso siempre los busco antiadherentes. Lo mejor es que puedes encontrarlos en varios tamaños, y que se pueden guardar fenomenal sin ocupar espacio encajando uno sobre el otro, por eso elegí el tamaño más estándar de 24 cm de diámetro y el de 28 cm de diámetro por si me apetece hacer un bizcocho para más personas. Lo ideal de estos moldes, es que también son agradecidos para hacer flan casero.
Una de las cosas que me gustan es jugar con las formas delos bizcochos y, quizá porque soy una cursi de manual, me encantan, precisamente, los bizcochos con forma de corazón como el que preparé de chocolate y vainilla. Para hacer esta forma, encontré un molde perfecto, de tamaño mediano, de la marca family menaje, que traía una espátula de silicona comodísima de usar y súper útil a la hora de mezclar ingredientes y verterlos sobre el molde. ¡Por ese precio ambas cosas me parecieron geniales! Si bien éste molde requiere un poco más de cuidado a la hora de limpiarlo, preferiblemente a mano y siempre que esté ya frío, manteniéndolo engrasado con una gotita de aceite puede durar un montón de tiempo para que puedas hacer unos cuantos pasteles de San Valentín y cumpleaños para tus seres más queridos.
Y buscando más packs de ese estilo, me encontré éste de espátula de silicona con molde de aluminio con tapa, que me pareció de lo más útil. Porque eso de poder hacer en el horno una tarta salada y luego poder ponerle una tapa para llevarmela por ahí, como si de una tartera se tratase, me pareció de lo más práctico.
Mis verdaderos aliados: moldes de silicona
El día que conocí a la silicona, creo que me hice su amiga para siempre. Porque es duradera, porque no quema, porque se lava estupendamente bien… Me sumergí en un mundo nuevo de posibilidades reposteras. Sé que habrá detractores y usuarios de los recipientes de horno tradicionales, esto es como todo, pero para mí se convirtieron en un must de mi cocina, sobre todo porque no soy una repostera asidua. Si ers como yo, entonces permanece en línea leyendo.
Lo mejor de estos moldes es la calidad precio, porque van a salir muy duraderos si los tratas bien y no te van a costar mucho desembolso económico. Los hay de todo tipo y, sobre todo, de todas las formas que te puedas imaginar. Lo reconozco, una vez estuve a punto de comprarme un mode de silicona con forma de dinosaurio sólo por el hecho de que existe y lo vi. Al final no lo elegí, pero no lo descarto por si en algún momento de mi vida tengo ganas de comerme un tiranosaurio de chocolate.
Uno de mis favoritos es un pack de molde de quiché con espátula de family menaje.
Me parece súper práctico, sobre todo a la hora de limpiarlo, y no ocupa nada en un cajón de la cocina. Tiene un tamaño de 24 centímetros de diámetro, con lo que te sale buena cantidad para compartir de tus quichés y tartas saladas, como aquella que os contaba que hice de patatas, bacon y salchichas. Otra vez, family menaje nos acompaña con una de sus fabulosas espátulas, esta vez de 24 cm, que me parecen de lo mejor que hay. Y también se lava estupendamente. Me pareció que el precio es irrechazable para la buena calidad que ofrece la marca. Aguanta hasta 230ºC de calor y hasta -40ºC en frío. El molde es de excelente desprendimiento y fácil de limpiar. La espátula tiene durabilidad, no se decolora, no se dobla, no se derrite ni se astilla. Ofrece buena resistencia ante las manchas y el olor. El pastel se hornea de manera uniforme gracias a la óptima forma del producto.
¡Y para hacer mi bizcocho favorito! El molde con agujero en medio, ¡claro que sí!
Adoro la forma que queda con este pack de family menaje. El bizcocho prácticamente se desmolda solo nada más que añadiendo una gota de aceite con ayuda d ela espatula antes del horneado. Es duradero, súper resistente y vuelve a su forma una y otra vez al deformarlo. Me parece una gozada su limpieza y el bizcocho sube y queda esponjosito de verdad. Aguanta altas temperaturas, igual que el molde de quiché, ya que el material es prácticament eel mismo. Estoy encantada desde que lo uso y no me harto de recomendarselo a todas mis amigas y a las vecinas cuando bajo a la piscina.
Y, por supuesto, el día que me sumé a la moda de los muffins caseros, también lo hice con moldes de silicona. Pero quizá las magdalenas y los muffins necesiten su post aparte, porque tengo recetas tanto tradicionales como variaciones más saludables. Aunque sí que os dejo por aquí dos productos que me han enamorado a la hora de preparar estos postres/aliados del desayuno.
¡Espero que te haya gustado mi análisis rápido sobre moldes de repostería!
Y si quieres, coméntame tus dudas o cuáles son tus preferidos en tu cocina. ¿Usas espátulas y lenguas para tus masas y cremas? ¿Qué tipo de moldes prefieres?
Deja una respuesta