Hoy volvemos con una receta que nos manda una lectora. Nuestra amiga Belén nos cuenta paso a paso cómo prepara ella sus riquísimas albóndigas. Nos encanta porque son un plato típico de nuestra gastronomía, que podemos preparar en cualquier época del año y siempre está acompañado de verduras. Porque pocas cosas hay mejores que mojar pan en la salsita de unas albóndigas. Presta atención, que empezamos.
¿Cómo preparamos las albóndigas?
El aliño de la carne
En un bol grande o recipiente de cristal, ponemos la carne picada. Echaremos un tapón de ajo en polvo. Perejil picado seco o fresco al gusto. Añadiremos un poco de pimienta blanca y otro poco de pimienta negra molida. Pondremos sal a nuestro gusto y un par de cucharadas grandes y abundantes de pan rayado. Cascamos un huevo entero y, con la ayuda de un tenedor, o mezclaremos todo bien hasta que veamos que se ha repartido todo de manera homogénea.
Podemos dejar reposar un rato en la nevera, para que sea más fácil hacer las pelotas. Las haremos con la ayuda de un tenedor y en las palmas de las manos hasta que conseguimos que tengan forma esférica. Luego las pasaremos por un poco de harina.
La cocción de las Albóndigas
En una sartén plana con bastante aceite vamos a freír todas las albóndigas a fuego alto.
Picaremos las verduras y dejaremos que se vayan pochando en una olla aparte con un poco de aceite a fuego medio-bajo. Picaremos cebolla, zanahoria, pimiento rojo y verde y un par de dientes de ajo. Cuando la verdura se haya tornado tierna (y la cebolla transparente), volcaremos todas las albóndigas fritas en la olla también y rehogaremos para que adquieran el sabor de las verduras.
Pondremos salsa de tomate al gusto. Podemos utilizar el que tengamos o el que más nos guste para guisos, como: titurado, frito, casero… Pondremos también los guisantes en la olla. Removeremos bien.
Añadimos un vaso de vino blanco y dejamos que evapore, a fuego medio-alto.
Añadimos agua después de unos minutos, cuando el alcohol del vino ha evaporado. Pondremos agua hasta cubrir las albóndigas. Bajamos el fuego, a fuego medio, y dejaremos que vayan guisándose a su ritmo.
Vamos dejando cocer hasta que la salsa quede a nuestro gusto: o más suelta o más espesa. Apartaremos del fuego y… ¡a comer!
¡Disfruta de tus Albóndigas guisadas con tomate!
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